(imagen propiedad de Virginia Domingo)
La pena puede verse como la forma que tiene el sistema de reparar al estado por la vulneración de la norma creada por el estado, también es la forma que tiene de mostrar solidaridad con la víctima. Asimismo, el estado garantiza un juicio justo y ajustado a derecho lo cual no implica que se haga justicia, ya que uniformiza la respuesta que se da a todos los casos, no individualiza la respuesta teniendo en cuenta el grado de responsabilización de la persona ofensora ni de reparación del daño a la víctima, ni siquiera escucha a la víctima para decidir cual es la mejor reparación.
Una verdadera justicia hace que las personas cambien, y por el hecho de imponer una pena que cuando es privativa de libertad lleva al aislamiento no se van a producir cambios sustanciales, más allá de que el penado vea la justicia como poco legítima precisamente por esta falta de individualización.
Por eso, la justicia restaurativa se centra en las necesidades de los afectados y da la oportunidad de hacer lo correcto.
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