jueves, 20 de noviembre de 2025

Cada víctima es diferente y sus necesidades también


 INTRODUCCIÓN

Los que nos dedicamos a la Justicia Restaurativa a veces tenemos tendencia prejuzgar sin querer, por ejemplo, cuando recibimos un caso, muchas ocasiones casi sin querer tenemos tendencia a pensar; si va a ser algo fácil o si va a ser complicado, y la realidad es que aunque sea un delito similar a otro cada asunto es un mundo y es diferente, igual que cada persona es distinta de otra. Otro ejemplo, de lo que hablo , es si una víctima tiene deseos de venganza o por ejemplo, rehúsa participar en un proceso de justicia restaurativa. Sin embargo, no hay víctimas "buenas" y "malas". Dicho esto, lo lógico y lo normal tras sufrir un delito es tener estos sentimientos negativos, que más bien son sentimientos lógicos y normales en los seres humanos.  Todas merecen nuestro reconocimiento y nuestra atención. Por eso, está claro que estos sentimientos negativos son algo normal, sin embargo, para muchas víctimas solo el poder despojarse de ellos, va a suponer un paso hacia la recuperación o curación de sus heridas. Me explico partiendo de estos sentimientos, su "liberación " como víctima puede venir por la transformación de estos, en otros positivos  y constructivos, pero siempre dando por hecho que la idea de ira, venganza, humillación es algo lógico y normal y que por otro lado, no hace de las víctimas, monstruos, sino todo lo contrario, las hace más humanas. 

EL CAMINO HACIA LA CURACIÓN

Y esto es así, y precisamente la labor de los facilitadores de la justicia restaurativa, en unión de otros profesionales de otras áreas, es ayudar de la manera más adecuada para cada una de ellas, a superar o al menos sobrellevar el hecho de haber sido víctima. Solemos pensar que aquellas que tienen sentimientos o deseos de venganza, deben cambiar porque es algo malo, realmente cada persona es libre de sentir o afrontar el trauma que es sufrir un delito de la forma que mejor puedan. Las víctimas no son seres incapaces ni necesitados de tutela, por eso no debemos creer que siempre y en todo caso, tenemos la obligación de decidir por ellas, lo que creemos que las conviene. Cada víctima necesita encontrar su propio camino restaurador o sanador. 

Lo bueno que tiene la Justicia Restaurativa es que favorece o ayuda en este camino de transformación de sentimientos negativos, en otros más positivos o al menos menos dolorosos y más productivos. Las da "voz", la posibilidad de ser escuchadas sin sentirse interrogadas. Una vez, escuché a una madre cuya hija fue asesinada, decir que vivió siete años en la oscuridad más profunda y que cuando vio el camino hacia pensamientos más reinsertadores,  es cuando recuperó el control de su vida, es cuando se dio cuenta que durante esos siete años, su vida había estado controlada por el delito e indirectamente por el infractor. Dicho esto, no todas las víctimas necesitaran encuentros restaurativos, ni para todas será igual de fácil o difícil, pero lo que si es cierto es que cada víctima debe encontrar su camino hacia la restauración emocional, para unas será honrar la memoria de su ser querido fallecido, para otras luchar porque nadie vuelva a sufrir lo mismo, para otros será  el perdón...etc. 

CONCLUSIONES

La Justicia Restaurativa nos recuerda que las víctimas no necesitan ser encasilladas ni juzgadas por sus emociones. Sus sentimientos —incluso los más duros— son respuestas humanas ante el daño, y reconocer esto es el primer paso para acompañarlas con respeto y comprensión.

Cada caso y cada persona son únicos. Por eso, la escucha compasiva y la ausencia de prejuicios se convierten en la base de cualquier proceso restaurativo. No se trata de imponer caminos, sino de abrir posibilidades para que cada víctima encuentre el suyo.

Lo restaurativo ofrece esa oportunidad: un espacio donde recuperar la voz, transformar el dolor y volver a sentirse dueña de la propia vida. No todas lo harán del mismo modo, pero todas merecen un horizonte donde la esperanza vuelva a tener lugar.

En esencia, estas conclusiones nos muestran que la Justicia Restaurativa es una invitación a creer en la capacidad humana de reconstruirse, de encontrar sentido incluso en la oscuridad y de abrirse a un futuro donde la dignidad y la fortaleza se convierten en guía.

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