LA HISTORIA DE LA PIEDRA
Hoy quiero empezar recordando una entrada antigua de mi blog se trata de una historia anónima:
la Piedra
El distraído tropezó con ella,
el violento la utilizó como proyectil
el emprendedor construyó con ella
el campesino cansado la utilizó como asiento
para los niños fue un juguete
David mató a Goliat
y Miguel Ángel elaboró la más bella escultura
En todo caso la diferencia no estuvo en la piedra
sino en el hombre
No existe piedra en el camino que no puedas aprovechar
para tu crecimiento personal
La Justicia Restaurativa ofrece segundas oportunidades, pero también educa, en el sentido más humano de la palabra. El infractor ha hecho daño a otro ser vivo, y esto no se puede cambiar, sin embargo, lo que hace esta Justicia es decirle que es posible mirar hacia el futuro, y para ello se le va a pedir que se responsabilice por su conducta, que realmente vea que el daño no fue fortuito sino que él lo ocasionó y que su compromiso como persona que quiere mirar al futuro de una forma positiva y constructiva es aminorar, mitigar o reparar el daño que ocasionó si es posible a la víctima directa y sino a la indirecta. El haber cometido un delito o causado un daño, es una piedra en el camino que puede hundir de por vida, convirtiéndoles en delincuente permanentes, y es una responsabilidad de la sociedad intentar que esta piedra sirva a los infractores para su transformación personal.
LA REINSERCIÓN
Con tanta retribución nos hemos ido olvidando que la reinserción, no es sino tratar de aprovechar el delito para que se reflexione acerca del daño, y los que sufren:las víctimas y así estos decidan que no desean delinquir más, pero no por el temor al castigo sino porque quieren ser personas diferentes y que los demás los vean también como personas distintas. La Justicia Restaurativa si ofrece esta oportunidad de aprovechar la piedra para su crecimiento personal, y recuperar los valores más esenciales, siempre que además se atienda a los afectados por el delito, y estos afectados no son solo las víctimas sino las propias personas ofensoras, las familias y la sociedad en general.
Y de igual forma, esta justicia ofrece un camino a las víctimas para recuperar algo positivo después del daño y del trauma que supone sufrir un delito. Ayuda a las personas que sufren a vislumbrar al menos su camino restaurativo, hacia la curación y también por qué no, la transformación de los sentimientos negativos en otros más sanadores como la dignidad y respeto.
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