INTRODUCCIÓN
Cuando comenzamos el servicio de justicia restaurativa en Burgos en el año 2007 la principal preocupación eran los abogados, necesitamos que no nos vean como competencia, sino que sean pro justicia restaurativa para que asesoren a sus clientes en el sentido de que quizá lo mejor sea acudir a esta justicia.
Para el abogado defensor es una buena forma de conseguir una sentencia lo más favorable posible, con argumentos como que el defendido ha reconocido el daño y ha reparado a la víctima. Y para los abogados de las víctimas es una forma de cooperar para que sientan que si se hace justicia.
No siempre se ha conseguido esto y así hay abogados que han preferido defender a sus clientes con todos los argumentos necesarios, evitando el reconocimiento del daño, sin perjuicio que en muchos casos se propicie una sentencia de conformidad. Por cierto he de decir que las sentencias de conformidad no son justicia restaurativa puesto que se pactan entre abogado defensor y fiscal sin intervención de un proceso restaurativo. Otra cosa es que se dé un proceso de justicia restaurativa y a través de las sentencias de conformidad se introduzca el resultado en el proceso penal. Son dos cosas diferentes y las sentencias de conformidad se pactan frecuentemente pero sin justicia restaurativa.
Digo todo esto porque lo último que he observado es que algunos abogados han empezado a ofrecer lo que llaman “defensa restaurativa”, y esto ya supone un intento claro de abarcar y dominar todo lo relacionado con la justicia. Me preocupa que estemos entrando en una dinámica donde determinados lobbies profesionales —antes jueces, ahora abogados— buscan apropiarse de espacios que no les corresponden y que, además, desvirtúan el sentido original de estas prácticas.
Este fenómeno no es aislado. Está ocurriendo en muchos ámbitos. Cuando los MASC se convirtieron en un requisito de procedibilidad pensé que ello impulsaría la mediación y abriría oportunidades reales para los mediadores independientes. Sin embargo, a día de hoy, la realidad es muy distinta. ¿Quién está llevando a cabo las mediaciones obligatorias para iniciar una demanda u otros MASC? Cada vez parece más evidente que son los colegios de abogados y sus propios servicios de resolución de conflictos. Mientras tanto, conozco a muchas personas inscritas en el Registro de Mediadores que no han recibido una sola solicitud.
Ahora, además, parece que esos mismos sectores quieren extender su influencia hacia la justicia restaurativa. Y esto sí que no puede permitirse. La justicia restaurativa no es una técnica jurídica ni un nuevo nicho profesional; es un enfoque completamente distinto que requiere sensibilidad, formación específica y un trabajo profundo con víctimas, personas que han causado daño y, cuando corresponde, la comunidad.
No puede reducirse a una estrategia procesal ni a un servicio más dentro de la lógica tradicional del sistema.
La justicia restaurativa implica otro modo de entender el daño, la responsabilidad y la reparación. Su espíritu es transformador y humano, no adversarial ni corporativo. Por ello resulta preocupante que determinados colectivos profesionales intenten apropiarse de un ámbito que necesita independencia, rigor ético y una mirada que trascienda los intereses corporativos Continuar leyendo: lawandtrends

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